La ciudad como laboratorio
- junio 15, 2021
- Publicado por: City Academy by Vikua
- Categoría: City Lab

La ciudad como laboratorio

Como en todo desarrollo innovador, las ciudades inteligentes tampoco se escapan del “ensayo y error” que ha caracterizado numerosos proyectos de experimentación urbana. Pero en un mundo donde coexisten aproximadamente 1934 metrópolis, de las cuales 215 se encuentran en América Latina, los gobiernos e instituciones han entendido que esos “errores” pueden reducirse a través de un trabajo colaborativo que disminuya los costos y aumente las probabilidades de éxito de las transformaciones urbanas que se quieran impulsar.
Transformación es una palabra que seguirá presente en nuestro futuro, pues se proyecta que el número de personas viviendo en grandes ciudades aumente a 3,47 mil millones para el 2035, y el número de ciudades incremente de la mano con esta progresiva demanda. Ahora, ¿cómo podemos solucionar los problemas existentes mientras nos preparamos para afrontar las exigencias de un porvenir no muy lejano?
La respuesta, por supuesto, la encontramos en la tecnología y en aquellos espacios de innovación que han sido llamados laboratorios urbanos o urban labs. Estos espacios funcionan como centros de información y planificación de gestión de la ciudad cuyo principal objetivo es encontrar soluciones multisectoriales a las dinámicas complejas que vivimos día a día.

Smart City Expo World Congress 2019
El trabajo inteligente de estos laboratorios consiste en probar diferentes propuestas, soluciones tecnológicas y combinaciones de escenarios para luego poder encontrar y trasladar las experiencias exitosas a otras zonas de la ciudad, el país o el mundo. Y si, las ciudades sí se copian unas de otras, pero lejos de ser visto como algo reprochable, se celebra en eventos como el Smart City Expo World Congress que se realiza anualmente.
Un claro (aunque singular) ejemplo lo encontramos en el paradigma de crecimiento por excelencia, China: una vasta población, un incesante desarrollo económico y un gobierno propietario de todo el territorio hacen de las ciudades chinas un terreno fértil para la experimentación con nuevos estilos arquitectónicos, tecnologías para la construcción y sistemas de servicios. Es así como el pueblo pesquero de Shenzhen, con sólo 300.000 habitantes, pasó a ser una megaciudad de 20 millones de habitantes, conocida por sus centros de tecnología digital, en sólo cuatro décadas.

Aunque Occidente no ha producido tan vertiginosos alcances, son la cuna de la información abierta que ha transformado la relación entre el gobierno y la ciudadanía en casi todas grandes ciudades de Europa y América. Sin embargo, la adhesión a estas prácticas todavía no es completa por parte de muchos gobiernos latinoamericanos que siguen poniendo obstáculos a la modernización administrativa que ya ha mostrado importantes avances en el reto de eficientar los procesos gubernamentales y los servicios públicos acompañados de plataformas digitales.
Comenzar a funcionar en red requiere de tareas fundamentales como:
- Unir voluntades desde el sector público para crear o generar alianzas con laboratorios urbanos y centro de investigación.
- Generar grupos de apoyo locales que involucren a la comunidad en los procesos de transformación digital.
- Crear consensos sobre las inversiones prioritarias que deben realizarse en zonas de mayor vulnerabilidad o crecimiento acelerado.
- Abrir espacios de discusión abierta para potenciar la innovación en ideas urbanas.
- Incluir la metodología de los laboratorios urbanos dentro de los planes de estudios universitarios a fin de aumentar el nivel de capacitación.
Poco a poco, más gobierno locales en América Latina se suman a la tarea de construir laboratorios urbanos que los lleven a convertirse en ciudades más inteligentes y sostenibles, como es el caso de LabCDMX en México, Lab.Rio en Brasil, LABcapital en Colombia, entre otros. Para la región, la implementación de nuevas prácticas inteligentes abre infinidad de oportunidades en todos los sectores que hacen vida en la ciudad, y vale recordar que en este proceso se cuenta con el apoyo del Urban LAB de ONU-Hábitat y los diferentes laboratorios alrededor del mundo que ponen a nuestra disponibilidad información de alto valor.